García Lozano, L. C., E. Dister. 1990.
García Lozano, L. C. y E. Dister. 1990. La planicie de inundación del medio-bajo Magdalena: restauración y conservación de hábitats. Interciencia 15(6):396-409. Asociación Interciencia, Caracas, Venezuela.
Presentado en el Simposio Internacional sobre Grandes Ríos Latinoamericanos (SISGRIL), celebrado en Ciudad Guayana (estado Bolívar, Venezuela) del 28 de mayo al 3 de junio de 1990. Las memorias de SISGRIL se publicaron en el volumen 15, número 6 de INTERCIENCIA, en noviembre de 1990. Este artículo (García Lozano y Dister, 1990; pdf:1,1 MB) es el manuscrito enviado para publicación a Interciencia, no contiene todas las ilustraciones y los textos pueden diferir ligeramente de los de la publicación.
Síntesis
El río Magdalena (longitud 1.540 km, cuenca tributaria 267.000 km2, caudal medio 7.000 m3/s y 185 millones de toneladas de sedimentos/año en la desembocadura), discurre su dos tercios superiores por un valle profundo, sedimentógeno en dirección N-S entre los ramales Central y Oriental de la cordillera de los Andes. La agradación predominante en los tercios medio e inferior del río origina una llanura aluvial de 35.000 km2, con complejos hábitats acuáticos, terrestres y anfibios (ciénagas, caños, cauces en avulsión y paleocauces reactivados, sabanas edáficas, albardones y terrazas inundables, pantanos y playones) caracterizados por una gran dinámica fluvial, consecuencia de la alta sedimentación y del tectonismo actual.
La variabilidad intra- e interanual de los niveles del agua en el río y en la planicie determina la frecuencia y magnitud de los intercambios de agua, sedimentos, materia orgánica, etc., entre uno y otra y se refleja así en el funcionamiento ecológico de dichos hábitats. Longitudinalmente se distinguen dos tramos en la planicie: la superior (Magdalena Medio), relativamente confinada por las cordilleras, caracterizada por una mayor pluviosidad (3.000 mm/año), aloja uno de los refugios pleistocénicos de bosque húmedo tropical y la inferior (Magdalena Bajo) muy amplia, con un gradiente de precipitación pronunciado en dirección S-N (hasta < 800 mm/año).
En la transición entre éstas -Depresión Momposina en la confluencia de los ríos San Jorge, Cauca y Cesar con el Magdalena- el río duplica su caudal, deposita la mayor parte de sus sedimentos y por ende los procesos fluviodinámicos presentan su mayor desarrollo. Esta zona, ocupada desde comienzos del siglo XVI pero aún poco poblada, aloja esquemas únicos de utilización de recursos, culturas anfibias -combinación de pesquerías artesanales, agricultura itinerante de roza y quema y pastoreo de pequeños rebaños de vacunos- estrechamente acopladas al régimen hidrológico pulsante. Este modus vivendi es paulatinamente desplazado por agricultura y ganadería extensivas, asociadas a obras de drenaje y control de inundaciones.
Sin embargo, existen todavía reductos de hábitat natural lo suficientemente grandes e intactos para permitir la restauración a gran escala mediante el manejo y uso extensivo de procesos tales como el fuego y el herbivorismo controlados; la recolección de semillas y propágulos y su dispersión artificial. Con este objetivo se desarrolla actualmente Operación El Dorado cuya meta a largo plazo es lograr la incorporación de un área de tamaño adecuado (varios miles de ha) y ensayar diversos esquemas de restauración y de utilización que compatibilicen la preservación de hábitats únicos con el inevitable uso que éstos tienen.