EIA ex post

De Neotrópicos, plataforma colaborativa.
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Una evaluación de impacto ambiental ex post facto o EIA ex post de una obra o actividad es aquella que se desarrolla después de que la actividad ha ocurrido o la obra se ha terminado. Es una evaluación retrospectiva, basada en hechos; opuesta a ex ante que tiene un carácter prospectivo, basada en supuestos y se desarrolla antes de que el hecho ocurra o la actividad se desarrolle.

Normalmente una EIA ex post se hace para verificar un pronóstico y evaluar la idoneidad de los mecanismos de mitigación y control utilizados. Su finalidad, además de identificar fallas para aplicar los correctivos a que haya lugar, es la de resaltar las lecciones aprendidas.

La confrontación de un pronóstico (EIA ex ante) con un diagnóstico (EIA ex post) es el objetivo de una monitoría. monitoría. Esta palabra, de origen latino, no está formalmente aceptada en el idioma castellano, pero su uso se ha hecho común. En inglés, de donde ha sido prestada, significa la actividad de observar, medir o vigilar un fenómeno o proceso, con el objeto de detectar cambios y producir señales de prevención o alarma. El término, en un contexto ecológico o ambiental, se ha asimilado a la confrontación de un pronóstico del comportamiento de un proceso dado con el diagnóstico de cómo en la realidad ocurre dicho proceso, que incluye la no ocurrencia del fenómeno y la ocurrencia de situaciones no pronosticadas.

En el presente caso -i.e., la monitoría de los fenómenos limnológicos -físicos, químicos y biológicos- asociados a la entrada de agua dulce al complejo CGSM vía la reapertura de los caños Clarín, Torno y Almendro- el pronóstico que debe ser verificado posiblemente no exista en forma suficientemente explícita; pero esto no impide que se pueda formular uno. Es exactamente lo que se acordó que UM/CEA e Invemar deben hacer con base en las conceptualizaciones existentes sobre la CGSM y por supuesto en la literatura limnológica y ecológica general, antes de plantear un esquema de monitoría. Por otro lado se requiere que el esquema de monitoría permita: �• verificar la ocurrencia de eventos y fenómenos pronosticados y evaluar la magnitud de los mismos,�• detectar y evaluar eventos imprevistos,�• identificar acciones y diseñar planes y medidas para el manejo de las nuevas situaciones

Un punto particularmente relevante acerca de monitorías ambientales en general, y particularmente sobre las que se realicen en el neotrópico, es el carácter eminentemente natural -opuesto a exacto- que poseen las ciencias ambientales. La ecología no es una ciencia exacta. Cuenta con herramientas que permiten afirmar -en algunos casos con un nivel adecuado de certidumbre- que dadas ciertas situaciones "a", otras condiciones "b" pueden ocurrir, pero siempre se corre el riesgo de que ciertas predicciones no ocurran, o de que ciertos efectos no puedan ser detectados, simplemente por la multiplicidad de factores que intervienen, aún en el más simple de los procesos ambientales. Este alto nivel de incertidumbre asociado al "vaticinio" ambiental solamente puede superarse mediante la acumulación sistemática de datos acerca de tantas situaciones como sea posible. En otras palabra, monitoreando muchos y muy diversos fenómenos ambientales.