EER

De Neotrópicos, plataforma colaborativa.
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EER es el acrónimo de Evaluación Ecológica Rápida (REA en inglés). En Neotrópicos tiene una connotación un poco diferente de la utilizada por WWF, CI y otras entidades conservacionistas internacionales. Éstas aplican el concepto en particular a la valoración de un área desde el punto de vista de su biodiversidad (riqueza de especies, riqueza de hábitats, valor intrínseco, amenazas…), con el objetivo de formular un proyecto que permita y justifique la recolección de fondos[1] . Es un procedimiento científico, técnico y administrativo para definir, con celeridad, si un área dada amerita ser objeto de un proyecto de conservación. Una EER se apoya fundamentalmente en el concepto de expertos, biólogos/naturalistas, con mucha experiencia en campo y muy orientados a la sistemática y a la identificación in situ de especies.

Típicamente, para evaluar un área se convoca un grupo de expertos en diversos grupos taxonómicos y conocedores de la región particular a ser evaluada (andina, amazonía, caribeña, cono sur…) y en sus biomas propios (páramo, bosque, sabana, pampa, etc.):

  • botánico(s) especialistas en varios hábitos y taxa (árboles, arbustos, hierbas, líquenes, musgos, hepáticas, etc.)
  • maztozoólogo, ornitólogo, herpetólogo, ictiólogo, entomólogo…

Cada una de estas personas sabe de antemano cuáles especies se deben encontrar en la región a visitar y en dónde buscarlas; están plenamente familiarizados con la literatura sistemática, conocen los endemismos, las especies vulnerables, los grupos amenazados, etc. Los trabajo de campo de una EER son de corta duración -desde un par de semanas hasta unos tres meses a lo sumo. Se trabaja de sol a sol (o de luna a luna si el taxón de interés es nocturno); durante este período cada experto recolecta toneladas de muestras, toma miles de fotos, llena cuartillas de notas de campo… Al final se produce un informe que define si el área es valiosa o no y que amerita ser conservado. Este esquema ha sido adoptado y puesto en práctica en mucha universidades latinoamericanas en cuyos museos, herbarios, institutos y facultades se suelen concentrar los expertos sistemáticos.

En Neotrópicos las cosas no pueden hacerse así. De una parte, no se cuenta con tantos expertos y de otra, interesan más los procesos naturales y en especial los culturales que definen el statu quo de las regiones de sus hábitatas y sus sorganismos.

Apostillas

  1. ^  Para este tipo de entidades, el interés en vender proyectos o en identificar y preferir los más vendibles obnubila la objetividad en la selección de proyectos y hasta cierto punto, de estrategias de conservación; es algo común y frecuente, ocurre lentamente en forma casi que inconsciente e imperceptible: poco a poco fund raising se apodera del proceso de toma de decisiones y sólo se autorizan aquellos proyectos que maximizan la generación de fondos, igual que en cualquier firma comercial. Los proyectos son productos y los donantes (la donación es forma generalizada de obtener financiación en los proyectos de conservación) son clientes que los compran. De otra parte, esta situación define el ciclo de un proyecto. La duración de un proyecto de conservación no está definida por las circunstancias naturales (procesos naturales de cambio), culturales (valoración y aprovechamiento social de hábitats y recursos) y políticas (acciones u omisiones del estado para inducir patrones culturales y alterar el curso de los fenómenos naturales) que determinan el status de un área sino mas bien por las posibilidades (subjetivas o artificiales) de que la situación se pueda explotar y formular proyectos vendedores.