POEM - Medio biótico/Biotopos anfibios y terrestres

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Caracterización de los biotopos anfibios y terrestres

El tramo de interés del POEM, se ubica dentro de la región conocida comúnmente como el Magdalena Medio e incluye tanto el cauce como área fundamental de obras y las márgenes del río desde Puerto Berrío hasta Barrancabermeja.e incluye tanto (…) se refiere a el tramo de interés del POEM y no al Magdalena Medio. De otra parte, hay ya un artículo sobre el MM que se debe actualizar y hacer corresponder con esta descripción, es decir que los dos textos no se pueden contradecir. No hay contradicciones graves sino simples divergencias

Desde el punto de vista biogeográfico (clasificación de la biota), el tramo Puerto Berrío-Barrancabermeja hace parte de la Provincia biogeográfica del Chocó-Magdalena, una de las más grandes entre las nueve delimitadas para el país. Esta comprende a su vez unidades de selvas húmedas que se extendían hasta la margen izquierda del río Magdalena, incluyendo la Serranía de San Lucas y el valle del río Nechí (antiguo refugio pleistocénico según Haffer citado por (Hernández-Camacho et al. 1992), definidas como Distrito Nechí y extendiéndose por la margen derecha del río Magdalena hasta los alrededores de La Dorada Puerto Salgar y un poco más hacia el sur.

Por su ubicación intermedia, la región presenta afinidades en cuanto a su biota y sus orígenes, con sectores el alto Sinú, San Jorge, alto Magdalena y Catatumbo. Igualmente y aunque con insuficiente trabajo, se han documentado diferencias entre las cohortes de mamíferos y aves de las dos márgenes del río Magdalena, así como un grado importante de endemismo (Hernández-Camacho et al. 1992).

No obstante que los cambios en el curso del río Magdalena han permitido intercambios de fauna y flora, el mismo sirve y se mantiene como barrera efectiva para gran cantidad de especies.

Sobre la margen derecha del río (Distrito Lebrija), es muy limitado el conocimiento sobre la flora y la fauna original y hace falta precisar la definición de los límites sureños actuales y pasados de gran cantidad de especies del valle del Medio Magdalena (Hernández-Camacho et al. 1992).

Desde el punto de vista fisionómico (rasgos morfológicos y fisiológicos) y según criterios de Walter (1973) y Sánchez et al (1990), citados por (Hernández-Camacho & Sánchez-Páez 1992), la vegetación terrestre presente en el Magdalena Medio correspondería al bioma húmedo tropical de tierras bajas, las llamadas selvas húmedas de tierra caliente o bosques tropicales húmedos, en donde supuestamente no hay déficit de agua para las plantas en ninguna época del año o es muy corto y fugaz por lo que no altera a la vegetación.

Ya en 1992 (Hernández-Camacho et al. 1992), anotaba como se desconocía la biota –fauna y flora- de esta región y el avance de la deforestación desde épocas precolombinas, la pérdida o degradación de ecosistemas originales, la destrucción de hábitats y el progreso en la desaparición e extinción de especies. Hoy día es otro el paisaje en la región del Magdalena Medio.

Salamanca (2000), anota como factores tensionantes severos sobre la selva basal aluvial, la desecación para ampliación de pastizales y terrenos cultivables. Para la misma fecha, se estimó que cerca del 40% del territorio del país ha sido alterado severamente por acciones antrópicas, acelerándose por la expansión de las fronteras agropecuarias (Etter 1993, citado por Andrade 2000), lo cual se evidencia en el aumento de la erosión, disminución de la capacidad de retención y la calidad del agua en las cuencas hidrográficas, la destrucción de los bosques, la perdida de la biodiversidad y el consecuente deterioro de las condiciones de vida de la creciente población.

Las márgenes del río Magdalena se ubican básicamente dentro de la zona de vida bosque húmedo tropical (bh-T), corresponde a terrenos bajos entre 75 y 125 msnm, con un paisaje dominado por planicies de suelos fértiles asociadas a colinas de pendientes moderadas y suelos de baja fertilidad, temperaturas superiores a los 24 ºC y precipitaciones anuales en promedio superior a los 2.000 mm, lo que determinan un carácter húmedo (Corantioquia 1998).

La dinámica en el tramo de Magdalena Medio, la resumen Murillo et al. (1994), con la afirmación “el paisaje no es fijo ni permanente”, anotando como con el tiempo el río, sus brazos y caños han ido variando, el agua entra y sale, abre cauces y los seca; donde ahora hay potreros, pasaba el río hace muchos años, y por donde hoy sólo se ve agua, anteriormente surgían islas y playones con gente y ganado. La tierra aparece y desaparece por acción de las corrientes de agua.

Referencias

Andrade, Angela (2000). Aspectos técnicos y científicos del plan estratégico para la restauración y el establecimiento de bosques en Colombia -Plan Verde- bosques para la paz. pp.: 99-147. En: Restauración ecológica y reforestación. E. Ponce de León (ed). Memorias del seminario de restauración ecológica y reforestación, 2 y 3 de diciembre de 1999. Santafé de Bogotá, Colombia.

Corantioquia. 1998. Plan de Gestión Ambiental Regional 1998–2006. Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia, Oficina de Planeación Global y Sistemas. 495 p. Medellín, Colombia.

Hernández-Camacho, Jorge, Adriana Hurtado G., Rosario Ortiz Q., Thomas Walschburger. 1992. Unidades biogeográficas de Colombia. pp.: 105-151. En: La Diversidad Biológica de Iberoamérica I. G. Halffter, (ed). Acta Zoológica Mexicana, Instituto de Ecología, A.C., México, México.

Hernández-Camacho, Jorge & Heliodoro Sánchez P.1992. Biomas terrestres de Colombia. pp.: 153-173. En: La Diversidad Biológica de Iberoamérica I. G. Halffter, (ed). Acta Zoológica Mexicana, Instituto de Ecología, A.C., México, México.

Salamanca, Bibiana. 2000. Deterioro de ecosistemas colombianos y necesidades regionales de investigación para adelantar tareas de restauración ecológica. pp.: 53-81. En: Restauracin ecológica y reforestación. E. Ponce de León (ed). Memorias del seminario de restauración ecológica y reforestación, 2 y 3 de diciembre de 1999. Santafé de Bogotá, Colombia.

Flora

Status hace unas décadas

Influencia del clima

La cobertura vegetal esta determinada en primer lugar por el clima, el cual comprende la luz (brillo solar), el calor (temperatura) y la humedad (precipitaciones y aguas freáticas) y el suelo (Ministerio de Obras Públicas 1925). Para el caso del valle del Magdalena, son las lluvias y las variaciones en el nivel freático las que determinan las diferencias en la cobertura vegetal entre un tramo y otros del valle, e incluso dentro de un mismo tramo de un biotopo a otro.

Según los datos del estudio adelantado en el valle del Magdalena por el Julius Berger Konsortium en 1923 (Ministerio de Obras Públicas 1925), la temperatura en la región entre Honda y Barranquilla presenta una gran uniformidad (promedio de 29 ºC).

Respecto a las precipitaciones, las mismas si difieren entre sitios del valle, el mismo informe permite resaltar como el tramo entre Puerto Berrío y Barrancabermeja es de mayores precipitaciones, con promedios de 3.120,3 mm y 2.916,0 mm respectivamente. A partir de dichas estaciones los valores decrecen tanto aguas arriba como aguas abajo.

Como relación de precipitación y la temperatura, se determina el factor de lluvia, el cual refleja las condiciones favorables o limitantes para la vegetación, es así como el factor de lluvia de 40 (1160/29), expresa el límite entre las regiones secas (<)y húmedas (>) (Ministerio de Obras Públicas 1925). Ello permitió en 1923, explicar la presencia de zonas áridas (<40) con vegetación xerofítica entre Neiva y La Dorada, una región de estepas y sabanas (45) en La Dorada, y un tramo de selvas altas (>100) entre Puerto Berrío y Barrancabermeja.

No obstante lo anterior, el paisaje de las orillas era favorecido por la cercanía del río y un bosque de galería acompañaba casi sin interrupción al río aguas abajo de Neiva, salvo sitios con taludes de rocas o sitios talados para asentamiento de pobladores.

La descripción de 1923, anota como aguas abajo de La Dorada, desaparecían las sabanas con palmas y el río entraba en la gran región de los bosques, que llegaba hasta Badillo, alrededor de 300 Km. Era considerado un bosque virgen, con gran variedad de familias y abundancia de especies; un bosque sobre otro bosque según Humboldt (citado por Ministerio de Obras Públicas 1925).

En las partes bajas de dicho bosque se observaban palmeras como la tagua (Phytelephas sp), además de la gran variedad de formas de copas y colores del follaje, destacan la presencia de árboles sin hojas y con sus troncos desnudos.

Como datos de diversidad, citan como en una rocería en el Opón, en 40 m2 registraron entre 13 y 15 clases de árboles diferentes, en tanto que en el borde de un cultivo de maíz arriba de Barbacoas, en un frente de 100 m habían árboles de doce o trece familias de flora.

El tipo de especies difería según la distancia del bosque al río, resaltando como las especies maderables duras y resistentes al agua ya se han explotado y cada vez se encuentran más lejos del río. Es de resaltar también como ya en 1923 se notaba como el bosque solo se acercaba a la orilla del río en sitios relativamente escasos y en extensiones cortas (particularmente en sitios derrumbados).

Las orillas

En este tramo de bosque virgen, se distinguía entre dicho bosque y el río, la zona llamada de orilla, de condiciones múltiples de vegetación y de aspecto muy variado. Se distinguían a su vez dos grandes grupos de orillas.

Unas orillas bajas con alto nivel freático, donde predominaba el guarumo (Cecropia sp), caña (Gynerium sp), gramalote Paspalum sp) y platanillo (Heliconia sp), sauce de Humboldt (Salix humboldtiana), si las condiciones lo permiten se desarrollan arbustos y troncos leñosos cubiertos de bejucos. Esta vegetación se observó en sitios arenosos, curvas del río, en el Carare, en las partes bajas de las islas. Son franjas a veces muy angostas, donde faltan los árboles grandes, por lo cual se distinguen del bosque que queda detrás. Sobre las orillas también se presentaban masas de guadua (Bambusa sp), así como de madera-corcho (Apeiba sp).

Otras orillas altas, con matorrales secundarios, producto de la gran intervención de los leñadores, pues eran los elementos cercanos al río los que tenían valor, dado que en esta región de bosque el río era el único medio de comunicación. Esta faja de orilla fue la fuente de leña para los vapores y por tanto fue el primer bosque que se talo y se convirtió en áreas de cultivo. Tras dos cosechas de maíz o del siguiente cultivo de plátano o de cacao y luego de la tala de un nuevo tramo de orilla para sacar leña, se abandonaban siendo ocupados por matorrales, estas zonas de orilla de segunda clase ocupan grandes extensiones en las partes altas, que por estar alejadas de las inundaciones son favorables para la agricultura.

Las islas

Otra formación vegetal descrita en 1923, es la de las islas, cuyas especies depende del origen de las islas. Las islas formadas a partir de las desviación de un brazo del río, llevan la misma vegetación que el terreno firme, generalmente árboles de troncos altos.

Por su parte islas formadas por palizadas y playas, presentan variación desde la playa vacía hasta vegetación cercana a bosques, comenzando la colonización con el gramalote (Paspalum sp), cuando comienza a bajar el río, luego llegan los sauces (Salix humboldtiana), que en año y medio alcanzan la altura de un hombre, el mimbre (Tessaria integrifolia) y el burere (Acacia sp), tras de los cual llegan el ricino (Ricinus communis), el guarumo (Cecropia sp) algunas veces en masas tupidas, también la caña (Gynerium sp) y platanillo (Heliconia sp), además de matorrales enmarañados.

Aprovechamiento

Así, en 1923, se identificaba el tramo Puerto Berrío – Barrancabermeja como la gran región de los bosques , donde no habían más rotos o aberturas que los dos poblados, cuya tupida vegetación opuso serias dificultades al trabajo de colonización. En dicha época se considero que a pesar de su riqueza en maderas, plantas medicinales y otros productos, no representaban mayor utilidad económica debido al deficiente transporte y los pocos ríos que la cruzaban. Si bien la región era apropiada para el cultivo del cacao (Theobroma cacao), el mismo requería mucho trabajo y tarda en producir frutos.

Las observaciones de la época (estudio del Julius Berger Konsortium, Ministerio de Obras Públicas 1925), refieren la presencia de maderas ordinarias de construcción (estacadas) y buenas maderas, algunas son: gusanera (Astronium graveoleus), guayacán (Tabebuia chrysantha), hobo (Spondias mombin), mora (Miconia sp), sapan (Clathrotropis sp), trébol (Platymiscium sp), algarrobo (Hymenaea courbatuil), carreto (Aspidosperma sp); otras como el cedro (Cedrela odorata), caoba (Swietenia macrophylla), ceiba amarilla (Hura crepitans), hediondo (Piptadenia rigida), guayacán hobo (Centrolobium paraense) y canime (Copaifera canipe), muy durables y flexibles, pero también muy dispersas en el territorio (tres a cuatro árboles/cuadra) y por tanto costosas. Maderas menos valiosas son el naranjo (nn), palanco (nn) y la yaya (Annonaceae) (cincuenta árboles/cuadra).

En total registraron un total de 72 especies de maderas para construcción; 48 de ellas registradas en la gran región del bosque, La Dorada-Badillo (17 dispersas, 17 relativamente abundantes y 14 abundantes), 10 especies presentes en todo el río (entre abundantes y dispersas), 10 registradas en la parte baja del río (entre abundantes y relativamente abundantes), 2 presentes en la parte media del río (abundante y muy abundante), una particularmente abundante en las islas y en orillas de las ciénagas y una en los matorrales. Se anotan también 12 especies de bejucos para amarres, 9 en la región del bosque y las restantes en la parte baja del río.

Los alrededores de Puerto Berrío, presentaban ya algunas praderas que llegaban casi hasta Murillo, con una faja sobre la orilla con cultivos de plátano, maíz, reemplazados luego por cacao; mientras que en la orilla derecha se extendía el bosque cerrado, con algunos claros que correspondían a los leñateos. Igualmente marcan el paisaje, las partes altas o peñas correspondientes a los pueblos (Barbacoas, Boca del Carare, Chucurí y Barrancabermeja entre otros), en sus alrededores ya en aquella época (1923), el bosque había sido transformado en cultivos, no obstante las colinas continuaban cubiertas por bosques densos.

En los lugares con alto nivel freático, como los pantanos se destacaba la palma maquenque (Triartea sp); también la existencia notoria en el sector de Chucurí de la especie llamada punte (nn), especie resistente a las inundaciones. Se destacaba ya también la alta colonización en ambas orillas en los alrededores de Barrancabermeja, creciendo a expensas de la inmigración desde caseríos del Carare.

En el río Carare, igualmente se presentan el guarumo, la caña brava y el gramalote sobre bancos arenosos, en tanto que el platanillo se presenta alejado de las orillas y del sauce de Humboldt; el monte es menos denso, con apariencia de matorral y con gran abundancia de bejucos (bosque de bejucos). Se considero entonces como secundario, basado en que la región fue anteriormente (antes de 1923), muy poblada y se explotaba la tagua (Phitelephas macrocarpa), el caucho (Ficus sp) y maderas como el cedro (Cedrela odorata). También las dos épocas de inundaciones abajo de Puerto Parra fueron argumentos como causa de la presencia de bosques menos espesos que los del Magdalena. Igualmente se registró gran abundancia de árboles de cacao silvestres en terrenos aguas arriba de Puerto Parra.

En el río Opón, el bosque era muy parecido al del Carare, menos denso que en el río Magdalena y con bejucos, no aparecían las formaciones de orilla por predominio de áreas bajas, en donde el alto nivel freático, además de favorecer al particular guarumo, permitía gran abundancia de tagua (Phitelephas macrocarpa). También se observaba en los bordes palma de iraca (¿?). Como en el Carare, el bosque se da sobre los albardones de los ríos, angostos ante el predominio de playones y bajos extensos, cubiertos por vegetación herbácea (macrófitas y especies de pantano).

Cambios en cobertura

De acuerdo con los estudios de INDERENA (1970), la superficie boscosa sobre la margen derecha del río Magdalena entre Lebrija, Carare y Opón, era de 1’496.875 ha en 1954 (según datos y planos de IGAC de dicho año); en tanto que en la Serranía de San Lucas, incluida gran parte de la margen izquierda del río entre Puerto Berrío y Yondó, era de 1’671.875 ha. Ya para 1965, once años después, mediante visitas de campo se estimó que existían solo 278.125 ha en el sector Lebrija – Carare - Opón (el 19% de lo que había), en tanto que 11’225.00 ha en la Serranía de San Lucas (73% de lo que había), quedando las áreas relictuales muy alejadas del río.

Dicha destrucción de los bosques fue originada por la demanda para la construcción del ferrocarril del Atlántico y la posterior colonización de terrenos más favorables para la agricultura y la ganadería, tras lo cual el porcentaje de destrucción disminuyó (INDERENA, 1970).

Según Coy (1976), citando los estudios del Proyecto Forestal Carare-Opón (Universidad Distrital Francisco José de Caldas), la zona Carare-Opón, era la mayor reserva boscosa del centro del país y del río Magdalena, con bosque húmedo tropical de buena índole; no obstante comparados con otros bosques higrofíticos del país, eran relativamente pobres, compuestos por 120 especies que en etapa madura llegaban a DAP >30 cm, 23 especies que no alcanzan dicho diámetro y 6 especies de palmas.

La región constituyó en parte la gran Reserva forestal protectora del Magdalena, creada por la Ley 2ª de 1959, con el fin de consérvala en bosques naturales. Sin embargo, la colonización y la sustracción de áreas para titulación continuaron, hasta 1978, cuando Yondó fue el último municipio en dejar de ser parte de la reserva.

Las áreas boscosas han ido desapareciendo para dar lugar a rastrojos y pastos, se inicia con la extracción de las maderas gruesas, luego las delgadas hasta establecer potreros. Para 1996, las zonas ribereñas de Puerto Berrío y Yondó, se caracterizan por terrenos abiertos para la ganadería extensiva (levante y ceba), son los dos municipios antioqueños con mayor extensión de pastos, 92.296 ha y 112.020 ha respectivamente; mientras que los bosques remanentes cubren 9.794 ha y 63.857 ha respectivamente, su mayoría ubicados en las vertientes más altas y alejadas del río y en fajas muy angostas a lo largo de las corrientes de agua (Corantioquia 1998).

Según Corantioquia (1998), estos municipios antioqueños, movilizaban 54.000 m3 de maderas de bosques naturales, entre las cuales 17 son las de mayor demanda (Ver referencia [6] en Tabla 2).

De esta manera el paisaje de la región del Magdalena Medio ha cambiado drásticamente. Los bosques se han reducido y fragmentado, quedando particularmente alejados de los bordes del río, con un predominio de grandes extensiones de potreros (pastizales) para ganadería.

Entonces, los bosques remanentes sobre la margen izquierda, corresponde al municipio de Yondó (río Ité, quebrada San Francisco, caño Don Juan y río San Bartolo), se encuentran parcelados o dentro de predios, sometidos al aprovechamiento favorecido por la apertura de nuevas vías (Corantioquia 1998). Finalmente, son las vertientes de zonas más altas y alejadas del río, las que mantienen bosques, fauna y nacimientos de aguas, según Corantioquia (1998), allí la deforestación, las pendientes y las altas precipitaciones a favorece la erosión de los suelos.

En la Tabla 2, se lista las algunas de las principales especies esperadas para la región del POEM.

Resultados muestreos y observaciones de campo

Los muestreos se realizaron en dos cortas campañas de campo, seis y siete días, a finales de enero y febrero de 2007 respectivamente. Para el caso de la vegetación se realizaron levantamientos (transectos y recorridos) particulares en siete localidades a lo largo del tramo de estudio Puerto Berrío – Barrancabermeja, determinadas fundamentalmente por su fácil acceso desde el río, cubriendo sitios tanto en ambas márgenes como algunas islas dentro del cauce del Magdalena. Allí se recogió información con base en los protocolos previamente diseñados, los cuales tuvieron algunos cambios entre una y otras campaña.

Es importante recalcar aquí, que las obras previstas del POEM, serán dispuestas desde algunos metros en tierra firme de las orillas del río y cada obra tendrá su mayor componente estructural dentro del cauce del río. Por lo anterior, la vegetación objeto de las observaciones y levantamientos corresponden a sitios en donde esta presente y en donde a primera vista conserva un buen aspecto.

Con referencia a los biotopos estos muestreos correspondieron a islas, albardones y terraza y colina. A nivel general para estos sitos de muestreo, la cobertura vegetal y su contexto se puede resumir así:

Las islas presentan un micro-relieve continuo a ondulado, con pendientes muy leves (casi planas), un buen drenaje y el suelo sin presencia de rocas, con abundancia de arenas; la vegetación constituye rastrojos alto, bajo y pastizal, con una altura del dosel entre 5 y 15 m de altura, distribuido en dos estratos, de tipo abierto con algunos claros. En las grandes se observó pastoreo de ganado, potreros cercados y sectores con pozas de estiaje; en las pequeñas con predominio de arena, palizadas expuestas con acumulación de basuras. Algunas especies son: payandé (Pithecellobium dulce), majagüito (Senna reticulata), yarumo (Crecopia sp), guayabo (Psidium guajaba), anona (Annona sp), enredadera (Paullinia sp); pastizales (Brachiaria mutica, Rhynchospora sp, Chloris sp, Digitaria sp, Kyllingia sp, Muhlenbergia sp, Paspalum repens), con árboles aislados de chicható (Muntinga calabura), payanadé (Pithecellobium dulce) y ceiba bruja (Ceiba pentandra); vegetación leñosa sucesional temprana (pionera), como cañabrava (Gynerium sagitatum), zarza (Mimosa pigra), sauce (Salix humboldtiana), bollo mojoso o mimbre (Tessaria integrifolia); cultivos de plátano y maíz.

Una de las islas muestreadas correspondió a un playón del río o banco central en el cauce, de sustrato arenoso, en su gran mayoría sin cobertura vegetal. Allí se registraron unos pocos arbustos y plántulas de especies pioneras (colonizadoras iniciales), dispersos, menores de 1,5 m de alto y pastos. Se observaron palizadas con residuos sólidos acumulados. Algunas especies son: gramíneas (Cladium sp, Paspalum repens), plántulas y herbáceas dispersas (Cleome spinosa, Jacqueshubera sp, Ludwigia erecta), plántula postrada (Neptunia sp).

En los albardones igualmente presentan un micro-relieve continuo a ondulado, con leves pendientes; suelo con drenaje regular a bueno y sin rocas; la altura del dosel entre los 15 y 18 m, con la distinción de dos a tres estratos, abiertos y con claros. Tramos cortos de bosque ribereño (5 a 20 m de ancho), se alternan con tramos de rastrojo bajo, pastizal, cultivos y palmares. Como alteraciones se observan quemas y talas. Algunas especies son: palma lata y chonta (Bactris spp), suan (Ficus dendroica), coquillo (Lecythis tuyrana), indio desnudo (Bursera simaruba), bijagüillo (Cassia reticulata), guarumo (Cecropia sp), totumo (Crecentia cujete), cantagallo (Erythrina spp), bambú (Guadua sp), bijao (Heliconia spp), guamo (Inga sp), payandé (Pithecellobium dulce), chicható (Muntinga calabura).

El sitio sobre terraza, presenta un micro-relieve ondulado con pendientes inclinadas; suelos con buen drenaje, sin rocas pero con cascajo pequeño en algunas zonas expuestas; la vegetación comprende relicto de bosque de tres estratos y con el dosel alrededor de los 15 m pero con árboles más altos sobresaliendo. Aunque está rodeado de potreros con ganado, aparentemente esta poco alterado, sustrato húmedo de hojarasca, plántulas, y herbáceos hasta 3 m. Algunas especies son: pastos (Brachiaria mutica, Cyperus luzulae, Hymenachne sp), palma lata (Bactris guianensis), bejuco escalera de mono (Bauhinia sp), platanillo (Calathea sp), cedro (Cedrela sp) , campano (Pithecellobium saman), roble (Tabebuia rosea), palmiche (Chamaedorea sp), enredaderas (Ipomea sp, Monstera sp), palmas (Scheelea sp, Welfia sp).

Por último el sitio sobre terreno colinado, con pendientes moderadas y de suelos con buen drenaje, con algunas rocas; vegetación de rastrojo alto con dosel cerca de los 20 m y tres estratos. Alterado por caminos y por la acumulación de residuos sólidos entre su primer estrato, por estar aledaño a poblado. Algunas especies son: piñón de oreja (Enterolobium cyclocarpum), cacao (Theobroma sp), aceite maría (Calophyllum sp), guarumo (Cecropia sp), chicható (Muntinga calabura).

Estos muestreos permitieron el registros de 83 taxa, cerca de 38 familias, 30 identificados a nivel de especies y 53 morfoespecies (43 de ellas a nivel de género y 10 a familia). De los 83 taxa, 30 corresponden a formas arbóreas, 12 arbustivas, 25 herbáceas, 7 palmas, 8 bejucos, 1 epífita y 1 postrada. Para fines prácticos de no disgregar la información, en la descripción de resultados se tratará de morfoespecies en general. La abundancia de dichas morfoespecies por localidad y agrupada para biotopo se presentan en la Tabla 3.

Tabla 3. Abundancia de morfoespecies registradas en cada localidad y por tipo de biotopo (enero y febrero de 2007).
nombre de la localidad métodos de registro Σ morfoespecies
/ localidad
biotopos Σ morfoespecies
/ biotopo
sector
POEM
caño Negro recorrido de observación 20 albardón 35 1
caño Chucurí recorrido de observación 26 albardón 4
isla frente a El Aterrao 4 transectos, 50mX2m = 0,01 ha (7,8,5,7)22 isla 35 1
isla arriba a El Aterrao (bajo líneas eléctricas) transectos 50mX2m = 0,01 ha 11 isla 1
islas de Candelaria transectos 50mX2m = 0,01 ha 6 isla 5
caserío Río Viejo (Hacienda) transectos 50mX2m = 0,01 ha 20 terraza 20 2
frente a escuela de Murillo recorrido de observación 7 colina 7 1



Aunque son observaciones bajo contextos diferentes, en 1923 se registraron 13 a 15 clases de árboles diferentes en 40 m2 (20mX2m=0,004ha) en zona de roza en el Opón, 12 a 13 familias de flora en 100 m en el borde de un cultivo de maíz arriba de Barbacoas (Julius Berger Konsortium, citado por Ministerio de Obras Públicas, 1925).

Para bosques del Carare-Opón se referían 120 especies que alcanzaban DAP>30cm, 23 especies con DAP<30cm y 6 especies de palmas, considerándolos pobres comparados con otros bosques higrofíticos del país (Coy 1976). La respecto, para bosque lluvioso de la amazonía se registra un promedio 240 especies de árboles y arbustos por hectárea (Vickery, 1991).

En el Magdalena Medio, pero ca. 50 km hacia el sur del tramo del POEM, Ramírez & Sierra (1998), registraron en bosque secundario de 10 a 12 años, un total de 65 especies en 20 familias, 507 árboles/ha y sólo 2 árboles con DAP>40cm; en tanto que en bosque primario muy intervenido, 108 especies, 26 familias, 433 árboles/ha y 18 individuos con DAP>40cm.

Los muestreos puntuales realizados muestran en general bajo número de morfoespecies, pocos individuos por tipo de hábito; los individuos arbóreos más desarrollados se ubican muy dispersos en el terreno (Ver Tabla 4.)

Tabla 4. Tipos de cobertura vegetal y abundancia de individuos por tipo de hábito (enero y febrero de 2007).
nombre de la localidad cobertura vegetal altura del
dosel (m)

estratos
hábito
árbol arbusto hierba bejuco palma epífita
caño Negro bosque ribereño, pastizal, palmar 15 2 12 0 6 1 3 1
caño Chucurí rastrojo bajo, cultivos 18 3 9 7 7 1 3 0
isla frente a El Aterrao rastrojo alto, pastizal 15 2 16 4 10 2 0 0
isla arriba a El Aterrao (bajo líneas eléctricas) sin vegetación 1,5 2 0 4 2 0 0 0
islas de Candelaria rastrojo bajo 5 2 0 24 14 1 0 0
caserío Río Viejo (Hacienda) bosque 15 3 9 1 7 3 4 0
frente a escuela de Murillo rastrojo alto 20 3 4 2 0 0 1 0



Con referencia a las clases diamétricas (Ver Tabla 5): fustales, latizales y brinzales, los siguientes fueron los resultados obtenidos:

Tabla 5. Caracterización de categorias diamétricas 1, según datos de campo de localidades muestreadas (enero y febrero de 2007).
nombre de la localidad cobertura vegetal categoría hábitos
morfo-ssp
DAP
(cm)
altura
(m)
caño Negro bosque ribereño, pastizal, palmar fustales > árboles y palmas 11 10 a 250 8 a 25
latizales ± herbáceas y palma 3 < 5 3 a 6
brinzales ± herbáceas 2 < 10 < 1,5
caño Chucurí rastrojo bajo, cultivos fustales > árboles y palmas 14 10 a 47 2,5 a 25
latizales ± arbustos 5 2,5 a 8,6 4 a 6
brinzales ± herbáceas 5 < 1 1 a 1,5
isla frente a El Aterrao rastrojo alto, pastizal fustales ± árboles y arbustos 9 10 a 60 3,5 a 15
latizales < árboles 2 8 5 a 6
brinzales > arbustos y herbáceas 11 < 5 0,3 a 1,2
isla arriba a El Aterrao sin vegetación fustales no hay fustales
(bajo líneas eléctricas) latizales < arbustos 2 4 a 5 1,5 a 3
brinzales > herbáceas y plántulas 9 1 a 5 0,1 a 1,2
islas de Candelaria rastrojo bajo fustales no hay fustales
latizales > arbustos y herbáceas 5 1 a 4,4 1,6 a 6,5
brinzales < herbáceas 1 < 1 < 1,5
caserío Río Viejo (Hacienda) bosque fustales > árboles y palmas 9 10 a 80 3 a 25
latizales ± árboles, arbustos, herbáceas, palma 4 < 5 2 a 6
brinzales ± herbáceas 4 < 5 0,8 a 2,5
frente a escuela de Murillo rastrojo alto fustales > árboles, palma 6 19 a >300 6 a 25
latizales < arbustos 1 8 5
brinzales brinzales no muestreados
1 fustales (DAP>10 cm).
latizales (DAP<10 cm, altura>1,5 m).
brinzales (DAP<10 cm, altura<1,5 m).



Los fustales, árboles y palmas, predominan en albardones de los caños, se destacan los grandes suanes (Ficus dendroica), con alturas por encima del dosel y grandes diámetros (>200 cm).

Solo en las islas permanentes (grandes) se presentan algunos fustales, pero predominan los brizales como arbustos y herbáceas; en las islas temporales (medianas), predominan los latizales como arbustos y herbáceas de especies pioneras de rápido crecimiento en altura; mientras que en las islas más efímeras (bajos o bancos arenosos), predominan los brinzales como plántulas y herbáceas.

En la vegetación terrestre, relictos de bosques intervenidos en colinas y terrazas, aunque con muy pocas especies, predominan ligeramente los fustales representados por árboles y palmas altos y gruesos, sobre los latizales y brinzales.

La siguiente es la lista de morfoespecies registradas durante los muestreo y observaciones de campo a inicios de 2007 (Tabla 6).


Dentro de dichos registros se destacan como especies frecuentes y abundantes: el guarumo (Crecropia sp), presentes en todos los albardones, islas, terrazas y colinas, resaltando su carácter de especie pionera tanto en la sucesión secundaria en áreas alteradas como en las islas más permanentes. El gramalote (Paspalum repens), especie de pasto anfibio, cuyos rizomas garantizan su supervivencia a épocas críticas como la inundación y la sequía; se ubica principalmente en los bordes de los albardones y en áreas no alteradas de las islas donde comparte espacio con la cañabrava (Gynerium sagitatum).

El chicható (Muntinga calabura), árbol presente en igualmente en orillas de albardones e islas; el campano (Pithecellobium saman), arbustos y árboles en zonas planas de albardones y terrazas; el majagüito (Senna reticulata), arbustos presentes las islas limitados a la época de sequía cuando florecen, y en playones de ciénagas (ambos biotopos anfibios); plama lata (Bactris guianensis), palma ubicada formando rodales densos en las orillas de albardones o matas alejadas del río dentro de relictos de bosque en terrazas; Suan o matapalo (Ficus dendroica), grandes árboles en albardones pero litorales a los biotopos acuáticos ríos (muy escasos) y caños (abundantes); la zarza (Mimosa pigra), arbustos de áreas abiertas sometidas a inundación periódica como los extremos de los albardones de caños al ingresar al playón de las ciénagas, dichos playones y en las islas, donde se mezclan con el gramalote.

Como especies muy conspicuas y abundantes se destacan el sauce (Salix humboldtiana) y el mimbre o bollo mojoso (Tessaria integrifolia), cuyos rodales conjuntamente con los de la hierbachavarrí (Ludwigia erecta), el gramalote (Paspalum repens) y la caña brava (Gynerium sagitatum), comparten el proceso sucesional en las islas y bancos arenosos centrales en el cauce del río.

Referencias

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