Diferencia entre revisiones de «Thomas van der Hammen. 1996. Dinámica del río y de la vegetación del bajo Magdalena-Cauca durante los últimos 10.000 años»

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#{{notas|rmec}}. Artículo presentado por el Prof. van der Hammen en el Simposio Río Magdalena. ecología y cultura, celebrado en Mompox del xx al xx de 1996. El manuscrito se debía haber publicado en el número 2 de la [[revista Licania arborea]], pero por razones financieras no se hizo.  
 
#{{notas|rmec}}. Artículo presentado por el Prof. van der Hammen en el Simposio Río Magdalena. ecología y cultura, celebrado en Mompox del xx al xx de 1996. El manuscrito se debía haber publicado en el número 2 de la [[revista Licania arborea]], pero por razones financieras no se hizo.  
 
#{{notas|fitras}}. El dimensionamiento de los pulsos del río Magdalena se ha estimado, con base en caudales, mediante la función [[FITRAS]], [[García Lozano, L. C., C. M. Cardona Londoño. 1996.|García & Londoño, 1996]]; este trabajo también fue presentado en el Simposio Río Magdalena. ecología y cultura.
 
#{{notas|fitras}}. El dimensionamiento de los pulsos del río Magdalena se ha estimado, con base en caudales, mediante la función [[FITRAS]], [[García Lozano, L. C., C. M. Cardona Londoño. 1996.|García & Londoño, 1996]]; este trabajo también fue presentado en el Simposio Río Magdalena. ecología y cultura.
#{{notas|taruya}}. Las ''"praderas flotantes"'' mencionadas por Prof. van der Hammen corresponden a dos ''hábitats flotantes'',  frecuentes en las ciénagas del sistema Cauca: el '''[[Taruyal|taruyal]]''', conformado por plantas acuáticas herbaceas flotantes, dentro de cuales predominan la taruya o buchón ''[[Eichornia crassipes]]'', la oreja de mulo ''[[Pistia stratiotes]]'' y los '''[[Firmes|firmes]]''', conformados por una mezcla de especies acuáticas y terrestres tanto herbáceas como leñosas, que conforman tapetes flotantes enormes de hasta 2,5 m de profundidad y desde unos pocos metros cuadrados hasta varias hectáreas. Tanto los taruyales, como los firmes son hábitat de numerosas especies de invertebrados asociados a las raices o a las partes aéreas de las plantas y alojan comunidades de pequeños insectos, arácnidos y otros invertebrados al igual que pequeños vertebrados (anfibios, saurios, roedores…); los dos pueden ser fragmentados por el viento, moverse con éste por el caño hacia otras ciénagas o hacia el río y vararse y pervivir en sitios propicios. Los firmes, en particular, constituyen un hábitat complejo y son un factor biiogeográfico importante como núcleos de colonización de comunidades anfibias y terrestres.   
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#{{notas|taruya}}. Las ''"praderas flotantes"'' mencionadas por Prof. van der Hammen corresponden a dos ''hábitats flotantes'',  frecuentes en las ciénagas del sistema Cauca-Magdalena: el '''[[Taruyal|taruyal]]''', conformado por plantas acuáticas herbaceas flotantes, dentro de cuales predominan la taruya o buchón ''[[Eichornia crassipes]]'', la oreja de mulo ''[[Pistia stratiotes]]'' y los '''[[Firmes|firmes]]''', conformados por una mezcla de especies acuáticas y terrestres tanto herbáceas como leñosas, que conforman tapetes flotantes enormes de hasta 2,5 m de profundidad y desde unos pocos metros cuadrados hasta varias hectáreas. Tanto los taruyales, como los firmes son hábitat de numerosas especies de invertebrados asociados a las raices o a las partes aéreas de las plantas y alojan comunidades de pequeños insectos, arácnidos y otros invertebrados al igual que pequeños vertebrados (anfibios, saurios, roedores…); los dos pueden ser fragmentados por el viento, moverse con éste por el caño hacia otras ciénagas o hacia el río y vararse y pervivir en sitios propicios. Los firmes, en particular, constituyen un hábitat complejo y son un factor biiogeográfico importante como núcleos de colonización de comunidades anfibias y terrestres.   
 
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Revisión del 05:03 12 ago 2021

Thomas van der Hammen. 1996. Dinámica del río y de la vegetación del bajo Magdalena-Cauca durante los últimos 10.000 años. Licania arborea: 1(2)[1]

Para los últimos 50 años disponemos de medidas relacionadas con el caudal del río Magdalena: el caudal medio anual durante este intervalo muestra cifras que varían entre 5.000 y 10.000 m3/s, es decir hay años húmedos durante los cuales el caudal puede ser el doble de la de los añs más secos. Si comparamos estos datos con el Southern Oscillation Index, se evidencia una relación de años con caudal bajo con años con fuertes fenómenos "El Niño", con bajas precipitaciones en el área de captación, que comprende buena parte de los Andes colombianos.[2]

Estas fluctuaciones en el caudal del río, tinen gran influencia en todo el bajo Magdalena-Cauca-San Jorge; durante años de alto caudal el nivel del río y el nivel de las inundaciones es más alto, y puede volverse desastroso para los habitantes, al contrario que durante los años de bajo caudal.

La vegetación de la cuenca es adaptada a éstas grandes fluctuaciones de nivel del agua: la vegetación flotante y la semiflotante que forma las "praderas flotantes"[3] , que tienen sus raíces en las orillas de las ciénagas.

La cuenca del bajo Magdalena-Cauca-San Jorge tiene un relleno de sedimentos relativamente recientes (de los últimos 10.000 años) de un espesor de entre 40 y 50 metros. Durante la última glaciación, cuando el nivel del mar se encontraba a más de 80 metros más bajo que hoy dia, se debe haber erosionado profundamente el paso del estrechamiento Plato-Calamar y toda la cuenca del bajo Magdalena-Cauca-San Jorge hasta un profundidad entre 40 y 50 metros debajo de la superficie actual (y 20-30 m debajo del nivel actual del mar).

Hace unos 14.000 años el nivel del mar comienza a subir, llegando a su nivel actual hace unos 5.000 años. Así, entre aproximadamente 12.000 y 9.000 años AP, comienza una sedimentación rápida, hasta hoy dia, de una tasa de sedimentación promedio de 3 mm por año.

Durante esa época de sedimentación se presentaron cambios considerables en la extensión de las zonas de vegetación flotante y pantanos, relacionados con el nivel del río y sus fluctuaciones e inundaciones. Durante épocas de bajas precipitaciones en el área de captación, los niveles del río eran relativamente bajos, y se pudo extender considerablemente la vegetación pantanosa, las praderas flotantes pudieron echar raíces en el sedimento y extenderse más en las ciénagas que quedaban, formándose turberas extensas. Durante épocas de altas precipitaciones e inundaciones extensas, estas turberas fueron cubiertas con sedimentos minerógenos, volviéndose así capas de turba en la secuencia sedimentaria. Por medio de unas diez perforaciones repartidas por toda el área, se pudieron recolectar estas turbas, para luego fecharlas por medio del carbono 14.

La frecuencia de fechas en intervalos de 100 a 50 años, nos muestra entonces períodos de extensión de turberas, correspondiendo a épocas relativamente secas. De ésta manera se registraron períodos secos alrededor de 7.000 AP, 5.500 AP, 4.700 AP, 4.000 AP, 2500-2300/-2100 AP, 1400 AP, 700 AP y 200 AP. Puede ser que estos períodos secos, de una duración entre 100 y 400 años, representen un fenómeno mega-El Niño.

Estos cambios del nivel del río deben haber tenido una influencia considerable en las culturas indígenas con manejo hidráulico como los Zenús, como indican las investigaciones correspondientes hechas en la zona del bajo San Jorge. Con la época seca entre 1200 y 1300 AD, quizás precedida por una serie de inundaciones graves entre 1100 y 1200, desaparecen los indicios de poblamiento de los Zenú, y aparecen los de los Malibú, sin manejo hidráulico.

Análisis de series de tiempo de los datos mencionados del bajo Magdalena-Cauca-San Jorge, muestran la existencia de periodicidades en el orden de 150, 200, 350, 500, 600 y 1100 años en las variaciones del nivel del río (y de la precipitación). Estas cifras se encuentran también en el análisis de otras series de tiempo de datos dependientes del clima; en algunos de ellos con datos más detallados, se encontraron periodicidades de 80, 40 y 22 años, que parecen estar relacionados con variaciones en la radiación solar (ciclos de manchas solares).

Parece que durante los últimos siglos, y bajo la influencia de la deforestación progresiva de las cordilleras, se ha aumentado localmente la sedimentación, en las ciénagas hasta valores de 7 mm por año, y las frecuentes inundaciones desastrosas en el área, deben estar relacionadas con el mismo fenómeno.

Apostillas

  1. ^ . Artículo presentado por el Prof. van der Hammen en el Simposio Río Magdalena. ecología y cultura, celebrado en Mompox del xx al xx de 1996. El manuscrito se debía haber publicado en el número 2 de la revista Licania arborea, pero por razones financieras no se hizo.
  2. ^ . El dimensionamiento de los pulsos del río Magdalena se ha estimado, con base en caudales, mediante la función FITRAS, García & Londoño, 1996; este trabajo también fue presentado en el Simposio Río Magdalena. ecología y cultura.
  3. ^ . Las "praderas flotantes" mencionadas por Prof. van der Hammen corresponden a dos hábitats flotantes, frecuentes en las ciénagas del sistema Cauca-Magdalena: el taruyal, conformado por plantas acuáticas herbaceas flotantes, dentro de cuales predominan la taruya o buchón Eichornia crassipes, la oreja de mulo Pistia stratiotes y los firmes, conformados por una mezcla de especies acuáticas y terrestres tanto herbáceas como leñosas, que conforman tapetes flotantes enormes de hasta 2,5 m de profundidad y desde unos pocos metros cuadrados hasta varias hectáreas. Tanto los taruyales, como los firmes son hábitat de numerosas especies de invertebrados asociados a las raices o a las partes aéreas de las plantas y alojan comunidades de pequeños insectos, arácnidos y otros invertebrados al igual que pequeños vertebrados (anfibios, saurios, roedores…); los dos pueden ser fragmentados por el viento, moverse con éste por el caño hacia otras ciénagas o hacia el río y vararse y pervivir en sitios propicios. Los firmes, en particular, constituyen un hábitat complejo y son un factor biiogeográfico importante como núcleos de colonización de comunidades anfibias y terrestres.